Salmos 95 "Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos. Porque Jehová es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses. Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas. Suyo también el mar, pues él lo hizo; Y sus manos formaron la tierra seca. Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres, Me probaron, y vieron mis obras. Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo."
Hoy quiero aclamarte, bendecirte, adorarte mi Señor, pues tu me hiciste y eres mi dueño, hoy quiero reconocer tu majestad y decirte que te amo, no hay más que pueda hacer, pero mi deseo es agradarte, que te sientas amado, que sepas lo importante e indispensable que eres para mi.
Hoy quiero que recibas mi abrazo, imagino que si fueras humano estarías agotado por tan abundante trabajo, pero Gloria a ti porque no lo eres, porque tus fuerzas y tu poder son infinitas, porque humanamente no podemos siquiera imaginar tu grandeza que sobrepasa todo.
Te amo maravilloso Padre, te amo precioso Jesús, te amo Espíritu Santo mi consolador incansable, no existen palabras que pueda decirte y que tengan el valor suficiente para hacerte saber mi dependencia de ti y mi amor.
Hoy solo dígale a Dios cuanto le ama, dedíquele un tiempo para darle, es justo después de dedicar tanto tiempo para pedirle.