Mateo 7:1-20 “(1) No juzguéis, para que
no seáis juzgados. (2) Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con
la medida con que medís, os será medido.
(3)
¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de
tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? (4) ¿O cómo dirás a tu
hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? (5) ¡Hipócrita! saca
primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del
ojo de tu hermano. (6) No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas
delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
La oración, y la regla de oro
(7) Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os
abrirá. (8) Porque todo aquel que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (9) ¿Qué hombre hay de
vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? (10) ¿O si le pide un
pescado, le dará una serpiente? (11) Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas
cosas a los que le pidan? (12) Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan
con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los
profetas.
La puerta estrecha
(13) Entrad por la puerta
estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la
perdición, y muchos son los que entran por ella; (14) porque estrecha es la
puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Por sus frutos los conoceréis
(15) Guardaos de los
falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces. (16) Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los
espinos, o higos de los abrojos? (17) Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da
frutos malos. (18) No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar
frutos buenos. (19) Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el
fuego. (20) Así que, por sus
frutos los conoceréis.