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Jesús y los juramentos
Mat 5:33-48 “(33) Además habéis oído
que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus
juramentos. (34) Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el
cielo, porque es el trono de Dios;
(35)
ni por la tierra, porque es el estrado de sus
pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. (36) Ni por tu cabeza
jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. (37) Pero sea vuestro
hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
El amor hacia los enemigos
(Lc. 6.27-36)
(38) Oísteis que fue
dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
(39)
Pero yo os digo: No resistáis al que es malo;
antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la
otra; (40) y al que quiera
ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; (41) y a cualquiera que te
obligue a llevar carga por una milla, vé con él dos. (42) Al que te pida, dale;
y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. (43) Oísteis que fue
dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. (44) Pero yo os digo: Amad
a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; (45) para que seáis hijos
de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y
buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. (46) Porque si amáis a los
que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los
publicanos? (47) Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de
más? ¿No hacen también así los gentiles?
(48)
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro
Padre que está en los cielos es perfecto.”