En primer lugar, debe ser una mujer piadosa, que no sólo ha nacido de nuevo sino que tiene un sentir espiritual. Pone a Cristo en el primer lugar de su vida. Es una mujer de oración y es activa en el servicio del Señor. Es una mujer de carácter e integridad cristianas a quien su marido respeta, y que a su vez respeta a su marido.
Toma el lugar de sujeción que Dios le ha dado y ayuda activamente a su esposo para que tome su lugar como cabeza del hogar... Es fiel a sus votos matrimoniales... Es esposa amorosa y madre cuidadosa de sus hijos... Es pulcra y atractiva; no va a los extremos en el vestido; sabe ser femenina sin ser remilgada.
Como esposa ideal es una buena ama de casa. Acepta que el hogar es su lugar de ministerio, ella misma lo mantiene limpio y ordenado. Administra los asuntos de su hogar con eficiencia. Sirve comidas sabrosas regularmente, abre las puertas de su casa a los demás. Se orienta a su marido, no viceversa, y comparte las mismas metas e intereses que él.
Cuando surgen diferencias, está dispuesta a resolverlas hablando con franqueza sus problemas en vez de guardarlos en secreto, poner mala cara o irritarse. Si algo ha hecho mal, se disculpa y reconoce sus errores.
No es murmuradora ni se entremete en los asuntos ajenos. Tiene un espíritu afable y apacible y no es contenciosa o criticona.
Esta esposa coopera para vivir dentro de los límites económicos del marido. No vive obsesionada por el deseo de poseer cosas lujosas, y no se afana en ser más que los demás. Si es necesario, está decidida a aceptar la adversidad.
Se entrega alegremente a su esposo para disfrutar juntos del deber conyugal sin mostrarse pasiva, insensible o indiferente.
Es digna de toda confianza. Además es optimista, siempre está animada y de buen humor y no se le va el sueño tratando de escalar altas posiciones en la sociedad.
Cuando los esposos encuentren éstas y otras cualidades en sus esposas deben estar agradecidos. Ellas, a su vez, pueden emplear estas sugerencias como ayuda para ascender más alto.
William MacDonald
De día en día ("Editorial Discípulo")