Versículo del día 24/08/2013.

Marcos 7:21 "Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,"

La importancia de guardar nuestro corazón es que de él mana la vida, pero además si no lo hacemos, permitimos que de lo que en algún momento permitimos que se formara, después saldrá el fruto. Entonces si no perdonamos, permitimos que se forme amargura o rencor en nuestro corazón que después tendrá como frutos el estar enojado con todo y todos, además de ser desconfiado, solo como ejemplo porque los frutos pueden ser muy diversos.

De igual forma alguien que fue maltratado de pequeño por sus padres y permite que en su corazón permanezca ese resentimiento, posiblemente cuando tenga sus hijos también los maltrate o se vaya al extremo de consentirlos demasiado al grado de causarles también daño.

Muchas veces nuestras actitudes no podrán cambiar en tanto no perdonemos, en tanto no arranquemos las raíces que están en nuestro corazón y se las entreguemos a Dios, analizate, encuentra esas raíces, arrancalas y llevaselas en oración a Dios, permite que ahora tu corazón sea sembrado por buena semilla que de buenos frutos.

Jesús dijo que Él es la vid que alimenta los pámpanos, hazte pues pámpano de Él para que seas alimentado con la vid verdadera y produzcas fruto que será por demás bueno porque todo lo que proviene de Dios es bueno.

Les dejo estos versículos relacionados:

Proverbios 4:23 "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida." 

Lucas 6:44-45 "44 Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. 45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca."

Juan 15:1-5 "1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer." 

Santiago 1:17 "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación."