2 Samuel 12:18 "Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto?"
Sorprendentemente para los siervos de David, cuando el rey entendió que su hijo había muerto, se levanto, se ungió, cambió sus ropas, adoró a Jehová y comió, cuando le preguntaron porque hacía eso si cuando vivía el niño lloraba y ayunaba, él respondió "viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí."
Que difícil es tomar este tipo de actitudes, pero si lo analizamos es lo mas sensato, aceptar la partida, resignarnos y seguir adelante, el consuelo es justamente lo que dijo David Yo voy a él.
Si tu familiar fallecido creyó y aceptó a Jesús como su único Señor y Salvador y mantuvo su camino de acuerdo a la voluntad de Dios, sin duda está con él, por tanto debes esforzarte para ir al mismo lugar, siguiendo sus pasos.
Por otro lado, debemos entender que si alguien decide irse de tu lado, o has perdido algo, nada puedes hacer llorando y lamentandote, debes aprender a ver la bendición del adiós, aceptar la situación, seguir adelante, sabiendo que Dios nunca te abandonará y que a los que le aman todas las cosas les ayudan a bien.