Hace unos días tuve la necesidad de llevar a una vulcanizadora el vehículo de mi esposa, ya que se le doblo el rin al caer en un bache.
Llegue al lugar donde se encuentra Martín, quien me recibió con una sonrisa y al comentarle lo que necesitaba, me dijo con toda seguridad, no te preocupes en un momento queda, parece una frase simple pero la forma en que la dijo me transmitió mucha confianza, de hecho yo pensaba que sería necesario llevar el rin al torno y cuando lo vi tan seguro de poderlo reparar di un respiro de tranquilidad.
Pero hubo algo que me llamo mucho la atención, por un momento pensé que no sería él quien haría el trabajo, porque lo vi con su ropa muy limpia como para estar quitando y poniendo llantas, no por otra razón sino porque de pronto uno pensaría que alguien que lo hace, no puede evitar ensuciarse, pero entro a su taller, tomó sus herramientas sin perder tiempo buscándolas porque las tenía en un lugar muy específico al cual las regreso luego, se colocó unos guantes y con toda destreza quito la llanta sin rosarse la ropa.
Después de esto llevo la llanta al interior de su taller, el cual se encontraba libre de polvo, tomo un mazo y dio algunos golpes al rin dejándolo como si nada hubiera pasado, devolvió el mazo al lugar donde lo había tomado, coloco aire a la llanta, la llevo a un recipiente con agua para verificar que no tuviera fuga, y con una expresión de satisfacción me miró y dijo: Ya quedo, salió la colocó nuevamente, de nuevo sin rosarse la ropa, regresó a colocar sus herramientas justo en el lugar donde las había tomado y se para frente a mí.
Pregunte cuanto debía pagarle aun sorprendido de su forma de trabajo, le pague y me retiré con mi problema resuelto.
De vuelta a casa, pensaba en lo fácil que parecía el trabajo de Martín, no porque en sí lo fuera, sino por la habilidad con la que él lo realizaba y cómo podía ser tan ordenado y limpio en un trabajo en el cual pareciera imposible serlo.
Sin duda Martín es un ejemplo de orden, clasificación, limpieza, ahorro de tiempos y movimientos, en fin su taller es un buen lugar para ver en vivo y a todo color un trabajo de calidad en todos los aspectos.
No puedo dejar de mencionar que Dios nos da una cátedra de orden, organización, clasificación, calidad total y excelencia, no solo en la creación que por supuesto es el más grande ejemplo, sino también en las instrucciones dadas a Moisés para la elaboración del Tabernáculo de Reunión, lo invito a leer los capítulos 25 al 28 del libro de Éxodo. Aquí le cito algunos versículos que nos dan una idea de la forma de trabajo de Dios y que si nosotros somos sus hijos tenemos que imitarla:
25:8 Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.
25:9 Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.
25:10 Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.
25:11 Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor.
25:12 Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado.
25:13 Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro.
25:14 Y meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas.
25:15 Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella.
25:16 Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.
Y bueno el consejo de hoy para los trabajadores es que no importando el tipo de trabajo que se desempeñe, aun cuando parezca que no es posible implementar orden y limpieza, debemos tomar el reto de hacerlo y no podrá pasar desapercibido, aun el Jefe menos observador lo notará, pero no solo eso, usted estará satisfecho con su labor y así como Martín me transmitió confianza y tranquilidad, usted podrá transmitirlas a las personas que le rodean, sean clientes o compañeros de trabajo.
Dios les bendiga.
