Este problema es la comunicación deficiente, hoy solo quiero abordar una pequeña parte, dentro de todo lo que implica la comunicación, en particular en las relaciones laborales, y para ello les invito a leer el siguiente texto que encontramos en el libro de Efesios 6:5-9:
"5 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; 6 no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; 7 sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, 8 sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. 9 Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas."
Quiero enfocarme en especial en el versículo 9 pero para entenderlo un poco mejor, era necesario leer desde el 5; hoy en día ya no es muy común o al menos eso quisiera pensar, que se den las amenazas directas a los trabajadores por parte de los jefes inmediatos o los patrones, sin embargo sigue existiendo en su forma más sutil, por poner un ejemplo, aun escuchamos frases como: No sería bueno que sigas dando motivos a la administración para que tomen decisiones con respecto a tu permanencia ó me vas a obligar a que diga lo que has hecho y no creo que te convenga.

En otros casos, el jefe directo no le dice nada al trabajador, pero si va ha hablar de él con los jefes superiores, y existen ocasiones que los jefes superiores toman decisiones en base a lo que les dicen y no procuran investigar la situación a fondo, esto tiende a provocar mucha rotación de personal.
Veamos lo que dice la cita "...Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas." En los versículos anteriores menciona como deben de comportarse los siervos y aquí se indica a los amos que hagan lo mismo con sus siervos, luego entonces debe existir un buen trato recíproco, pero además se hace énfasis en que no se debe amenazar a los siervos.
Comúnmente los jefes o patrones tienden a no tener muy claro como debe ser su comunicación con los trabajadores y caen en los errores que mencioné en párrafos anteriores, mi recomendación es hablar de manera clara y directa, hacer saber a los trabajadores, en primer lugar exactamente lo que necesitamos de ellos, asignarles tareas específicas y en caso de que no estén cubriendo las expectativas, darles a conocer lo que esta ocurriendo siendo muy precisos en nuestros comentarios y en todo caso hacerles ver según sea la gravedad de la situación, que probablemente no se podrá sostener la relación laboral si no se dan las correcciones o cambios planteados.
Es importantísimo que seamos firmes en lo que planteamos, de lo contrario así como los hijos le toman la medida a los padres, los trabajadores también lo hacen con sus jefes. De hecho lo más importante en este tipo de situaciones es la firmeza y es fundamental que no se traten los problemas o no se hagan las observaciones cuando el jefe esta molesto, se debe hacer cuando se esta calmado para evitar equivocarse en el uso de tonos y palabras, de tal forma que seamos firmes pero sin proyectar ira.
Por último en el versículo 9 menciona que para Dios no hay acepción de personas, esta frase significa que para Dios no hay favoritismos arbitrarios, por tanto los jefes tampoco deben tenerlos, ni tampoco deben sentirse más que los trabajadores, este versículo nos aclara que para Dios todos somos iguales. Así en la comunicación entre jefes y trabajadores, se deben tratar como iguales, manteniendo el respeto mutuo, cumpliendo cada uno su labor.
Dios les bendiga.